Page 13 - AREAS VERDES

Con esta nueva concepción se emprendió la tarea de ampliar los espacios libres, las nuevas colonias debían contar con avenidas extensas, parques y jardines, y arbolado de alineación, situación que puede verse en los parques Antonio M. Anza, el Parque de la Bombilla, el Parque Hundido, el Parque México y el Jardín Hidalgo en Coyoacán. Sin embargo, al mismo tiempo que se impulsaba la creación de importantes áreas verdes, el crecimiento de la mancha urbana comenzaba a repercutir en la conservación de la áreas verdes (Meza y Moncada, 2010).
A partir de la década de los años 50s, la desaparición de arboledas y parques fue un factor constante impulsado por el acelerado crecimiento poblacional, la necesidad de servicios públicos como el transporte para los habitantes, la creación de nuevas y mejores vialidades y, entre otros, la construcción de espacios destinados a la habitación.
Es importante señalar que en 1996 se publicó la Ley Ambiental para el Distrito Federal, en la cual se incluyó un capítulo denominado “De las Áreas Verdes” con el objetivo de evitar su erosión o deterioro, es decir, con un enfoque meramente restrictivo.
En el estudio PAOT denominado “Presente y Futuro de las Áreas Verdes y del Arbolado de la Ciudad de México”, se expone que durante la gestión del Gobierno de la Ciudad de México 2001–2006 se retomó y avanzó en el cuidado de las áreas verdes de la Ciudad. Particularmente, la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal (SEDEMA) reforzó la legislación ambiental a fin de reconocer a los grandes parques y bosques urbanos como unidades que requieren de una gestión ambiental especial. Dicho esfuerzo se vio reflejado en la modificación del año 2002 a la Ley Ambiental del Distrito Federal, en la cual se consolidó el papel de la SEDEMA en el tema de áreas verdes y se incluyeron disposiciones que promueven la conservación y el mejoramiento de las áreas verdes, entre las cuales destaca la creación de la figura de área de valor ambiental (AVA) (PAOT, 2010: 33).
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