(Revista Cambio, 03-feb-2003)

Arboricidio en Reforma

  • Sigue la controversia por la tala de árboles. La Dirección de Desarrollo Urbano del DF reconoce la gravedad del asunto pero asegura que el procedimiento fue adecuado. La procuraduría Ambiental continúa su investigación

Por Ana Ávila

En boca de todos está la preocupación de que hay inseguridad en las calles, de que el número de pobres creció de 40 millones a 55 millones, de que la violencia hacia las mujeres sucede en la casa, pero ¿quién habla de las áreas verdes? O peor aún ¿quién hace referencia a la vida de los árboles?

Cuando Diana Marchal camina por las calles del Distrito Federal los observaba. Con frecuencia nota algún daño que puede ser reparado, entoonces regresa a su casa por herramienta y lo poda correctamente. "No nos damos cuenta de que descuidamos lo más pequeñito, ni de que poco a poco nos estamos jugando el futuro cercano".

Un ejemplo es la poda de árboles que hicieron en Paseo de la Reforma.

A juicio de Diana, especialista en arboricultura, se puso en riesgo la vida de muchos de ellos.

Con ella coincide Ernesto González, ingeniero agrícola y encargado de Parques y Jardines de la delegación Miguel Hidalgo: "Lo que se hizo en Reforma pone en peligro la vida del 40 por ciento de los árboles. Muchos de ellos tienen entre 50 y 100 años de edad y ya no es fácil que se recuperen de algo así".

En la víspera de Año Nuevo, la Dirección General de Desarrollo Urbano del Gobierno del Distrito Federal supervisaba la poda de los árboles que van de Paseo de la Reforma a Circuito Interior. Según la Dirección General de Bosques Urbanos y Educación Ambiental, talaron un total de 37 "individuos", podaron 1400 y quitaron 47 tocones.

Sin embargo, de acuerdo con las primeras estimaciones de la Procuraduría Ambiental del DF, el panorama es desolador. En voz del procurador, Enrique Provencio, en un primer análisis se detectaron las siguientes irregularidades: "Tala de árboles muy jóvenes, muchos de los que serían trasplantados los dejaron en muy mal estado, a otros se les retiró completamente el follaje, no se uso la herramienta adecuada y los cortes fueron incorrectos".

En una parte de la casa de Diana están colgadas cicatrices de árboles, muñones de ramas y pedazos de troncos mal cortados. La naturaleza es muy generosa, dice, pero un buen día el árbol no aguanta más. Después de tres o cuatro podas mal hechas no vuelve a retoñar.

El viernes 24 de enero se cumplió la fecha límite para que las autoridades involucradas en el caso dieran una explicación por escrito a la Procuraduría Ambiental del DF, que ante el malestar de la ciudadanía inició una investigación de oficio. Hicieron su primer recorrido el 16 de enero. Su conclusión fue que no se respetaron los criterios básicos establecidos en el manual técnico elaborado por especialistas, el Gobierno del Distrito Federal y el Banco Interamericano de Desarrollo.

"Este manual de tres tomos no es de carácter obligatorio, pero es de suponerse que quienes podan o talan se van a someter a los criterios establecidos", dice Provencio. Una de las reglas básicas es que a un árbol no se le debe podar más el 80 por ciento de su follaje, de lo contrario se pone en riesgo su vida. "Lo que se hizo en Reforma no respeta este criterio" asegura el procurador.

Francisco González, director de Desarrollo Urbano del DF, explica que se hizo un análisis de cada árbol para ver qué tipo de tratamiento necesitaba, pero dice que no sabe si puede hacer público este estudio. De hecho, afirma, quitaron alrededor de 40 árboles muertos y todavía dejaron unos cuantos.

"Yo le voy a demostrar, porque vamos a remitirnos a las pruebas, que no quitamos más del 25 por ciento de las ramas. Sí fue una poda severa, pero si la observa desprejuiciadamente verá que estuvo bien -asegura-. La Procuraduría ya nos está haciendo una revisión, nosotros corregiremos sobre lo que ellos nos digan. Nosotros hicimos la supervisión y somos los responsables de lo bien y lo mal hecho, quizás debimos haber tenido una mejor revisión, pero todavía es injusto y prejuicioso decirlo".

González dice que contrataron a una empresa de la que no se acuerda el nombre y que tiene entendido que se hizo mediante una licitación pública. Cambio pidió el nombre a la Dirección de Desarrollo Urbano y a la Secretaría del Medio Ambiente y ambas oficinas aseguraron no recordar qué compañía fue responsable de la poda.

Claudia Sheimbaum, secretaria del Medio Ambiente del DF, comenta que la Procuraduría Ambiental es la instancia adecuada para hacer la evaluación de la poda, y afirma que el trabajo se hizo a petición de la Secretaría de Turismo como parte de los cambios que se realizan en el Centro Histórico y en la citada avenida.

Versiones no oficiales manifiestan que uno de los factores que determinaron la poda de los árboles de manera drástica fue permitir el paso libre del turibús, un camión de dos pisos, como los ingleses, que hace recorridos turísticos por la ciudad.

El procurador ambiental dice que no se oponen a las podas de los árboles ni a cortes más radicales en algunos casos. Asegura que hay algunas bien hechas y justificadas por causas de protección civil o seguridad urbana, pero para eso existen criterios y manuales.

Diana y sus colegas en arboricultura consideran que el problema radica en que se plantan árboles en lugares equivocados, La especialista afirma que hay plantas de ornato que funcionan muy bien en las ciudades o que se pueden plantar árboles de cítricos. "También sucede que las autoridades cortan árboles sanos y no tocan los que ya están secos, o los desraman de tal manera que provocan más retoños. "El podar de esa manera los árboles , como lo que sucedió en Reforma, equivale a fomentar la ignorancia acerca de ellos y lo que significan para todos", concluye.