(Reforma, 5 de enero de 2003)
Destrozan suelo ecológico
- Advertencias de la Procuraduría
Ambiental son insuficientes para que la Delegación Tlalpan
clausure y derribe la obra erigida en área de conservación
Por Iván Sosa / Reforma
Cinco meses después
de que la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial
hiciera a la delegación Tlalpan el primer exhorto para
clausurar la obra, cuando sólo tenía cimientos,
una casa del empresario restaurantero, Jesús Arroyo, erigida
sobre suelo ecológico de conservación en San Miguel
Topilejo, ya está prácticamente terminada.
Después de una serie de llamados para impedir el desarrollo
de la obra y ante el avance de la casa, el procurador ambiental
Enrique Provencio dirigió al jefe delegacional Gilberto
López y Rivas una recomendación para, incluso con
el uso de la fuerza pública, "evitar que la ausencia
de la autoridad motive que se siga construyendo en el citado predio".
El 22 de julio del año pasado, el ciudadano Miguel Camacho
acudió ante la PAOT para denunciar la construcción
de un inmueble en el área ecológica de San Miguel
Topilejo, uno de los ocho poblados rurales de Tlalpan en donde
está prohibido urbanizar y de acuerdo con el Programa Delegacional
de Desarrollo Urbano sólo se pueden realizar actividades
dirigidas a conservar los servicios ambientales del suelo verde.
Los propios comuneros de San Miguel Topilejo vendieron el predio
a Miguel Camacho y más tarde el mismo terreno fue vendido
nuevamente a otra persona, que pronto comenzó a construir.
Además de otras instancias, Camacho acudió a la
PAOT para denunciar la destrucción de un espacio del suelo
de conservación ecológica.
Después de constatar el levantamiento de cimientos y una
barda inicial, el 12 de agosto el subprocurador de Ordenamiento
Territorial de la PAOT, Miguel Angel Cancino, solicitó
al jefe delegacional en Tlalpan, Gilberto López y Rivas
"Imponer las medidas de seguridad y sanciones administrativas
que resultaran aplicables".
"Los funcionarios de las nueve delegaciones con suelo de
conservación sí tienen atribuciones para detener
las obras en las zonas ecológicas de la ciudad, de entrada,
porque carecen de licencia de construcción, y en ese momento,
en Tlalpan pudieron impedir que prosiguiera el levantamiento de
l casa", localizada en el predio Tochtepec, de San Miguel
Topilejo, subrayó Cancino.
Un mes después, el 17 de septiembre, el coordinador jurídico
Mauricio Velázquez respondió a la Procuraduría
que no habían hecho nada porque la delegación "no
tenía conocimiento del daño generado al suelo de
conservación", aún cuando la obra está
en pleno monte y todavía conserva señas de por lo
menor un centenar de árboles eliminados.
El 20 de septiembre el subprocurador Cancino pidió al director
general Jurídico y de Gobierno, Rigoberto Ávila,
una respuesta. Se abrió entonces una etapa de confusión
alrededor del procedimiento de verificación que deben seguir
las delegaciones para impedir la ocupación ilegal en franja
rural.
Según la delegación, el 11 de septiembre practicó
una visita de verificación que, más tarde, el 17
de octubre, nulificó porque "no cuenta con los elementos
y requisitos de validez jurídica".
En un documento remitido a la Procuraduría, el director
general Jurídico y de Gobierno explica que nulificó
la orden de verificación por petición de Jesús
Arroyo Bergeyre, en su carácter de apoderado legal de Jesús
Arroyo Aguirre, "propietario del inmueble materia del presente
procedimiento".
Ninguna de las llamadas telefónicas para conocer su versión
fue atendida por el empresario Jesús Arroyo.
El director general Jurídico y de Gobierno, a quien también
está dirigida la Recomendación 05/2002, dijo en
entrevista, al igual que el jefe delegacional, que aceptaba la
sugerencia de la PAOT. "Lo que no admito es que no hemos
actuado, porque el particular tiene derecho de inconformarse y
nosotros tenemos la obligación de respetar los procedimientos
y plazos marcados por la ley", comentó Rigoberto Ávila.
El 30 de octubre, dos meses después del primer exhorto
de la Procuraduría, la delegación finalmente dictó
dos resoluciones administrativas en las que ordena clausurar la
obra, aplicar multas equivalentes al 7 por ciento del valor comercial
del inmueble erigido y demoler la casa. Pero las determinaciones
no han sido ejecutadas.
"No obstante que el jefe delegacional y el director general
Jurídico y de Gobierno pueden imponer como sanciones la
suspensión de trabajos, la clausura de obras, la demolición
de la construcción, no han ejercitado en forma adecuada
las atribuciones que tienen encomendadas", precisa la recomendación,
todavía sin respuesta oficial de parte de la delegación.
En una visita efectuada la semana pasada, el subprocurador Cancino
constató que con todo y la colocación de sellos
delegacionales de clausura, los trabajadores continúan
el levantamiento de la casa prácticamente lista para ser
habitada, que sin ladridos ni gruñidos cuida un perro con
vista enferma.
Una muestra de un fenómeno generalizado
El caso expuesto por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento
Territorial (PAOT) en su recomendación 5 es apenas una
muestra de un fenómeno común en la ciudad. "Todos
tenemos que hacer nuestro trabajo para conservar los espacios
verdes de la ciudad", definió Miguel Ángel
Cancino, subprocurador de la PAOT, creada el año pasado
con el objetivo de frenar la dinámica de urbanización
con invasiones sobre el suelo de conservación.
Los funcionarios de las nueve delegaciones con franja rural argumentan
que corresponde al gobierno central, a través de la Secretaría
del Medio Ambiente, la Comisión de Recursos Naturales y
l Dirección General de Construcción y Operación
Hidráulica, actuar cuando una invasión es detectada.
También, remiten responsabilidad al gobierno federal, a
través de la Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente y la Comisión Nacional del Agua. "Pero
está muy claro en las leyes que los primeros que tienen
competencia para actuar son los funcionarios delegacionales",
subrayó Cancino.
Dentro de las mismas delegaciones, las diferencias internas y
la dispersión de facultades permiten a asesores profesionales
inducir a ocupantes ilegales con recursos económicos para
que construyan rápidamente, pues una vez levantada la obra
la autoridad delegacional tendrá que seguir una serie de
procedimientos que, por lo regular, concluye con la aceptación
en los hechos del inmueble.
Las oficinas ambientales atribuyen a las áreas jurídica
y de obras las facultades de actuación, y viceversa, por
lo que la PAOT intenta mostraren las recomendaciones elaboradas
que "todos podemos hacer algo para limitar el desordenado
crecimiento de la ciudad a costa de las zonas ecológicas",
comentó Cancino.
El caso del predio en San Miguel Topilejo ha permitido documentar
un ejemplo aislado de muchos que en el mismo predio de Tochtepec
se reproducen, ante la apatía de todos y cada uno de los
funcionarios con alguna responsabilidad en la materia.
"Apenas estamos en nuestro nacimiento, pero esperamos que
pronto podamos integrar recomendaciones que documenten omisiones
generalizadas que deben ser corregidas", resaltó el
subprocurador de Ordenamiento Territorial de la PAOT, Miguel Ángel
Cancino.
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