El Procurador Ambiental capitalino, Enrique
Provencio, consideró este domingo que la nueva Ley de Residuos
Sólidos, que entrará en vigor el próximo año,
es insuficiente para atender los problemas de confinamiento, reuso
y reciclaje de la basura en el Distrito Federal. |
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La Ley que regulará el que no se tire
la basura en lugares públicos entrará en vigor dentro
de un año. Foto: Archivo / Reforma |
"(La ley) se quedó corta al no explicar cómo el
Gobierno logrará hacer frente a los problemas de separación
de desechos sólidos entre orgánicos e inorgánicos
desde la fuente de generación de éstos", en referencia
a los apartados que establecen que los capitalinos estarán obligados
a separar la basura orgánica de la inorgánica.
En una reunión con la Comisión de Derecho Ambiental de
la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, el Ombudsman ambiental capitalino
señaló que la nueva normatividad no establece de forma
clara los procedimientos que deberán seguirse para la disposición
final de la basura en la Ciudad de México.
Sin embargo, destacó que la legislación servirá
para resolver los problemas de generación de basura en la capital,
indicó en un comunicado emitido a nombre de la Barra Mexicana,
que organizó la reunión para discutir los puntos de vista
sobre esta normatividad.
La Ley aprobada por la ALDF busca atender el problema que provocan
las casi 12 mil toneladas de basura que se generan diariamente en la
Ciudad de México, de las cuales 46 por ciento es doméstica,
29 por ciento comercial y 15 por ciento de oficinas, empresas y servicios
y el restante de otros giros.
Provencio estableció que la Ley es insuficiente, pues tampoco
especifica cuáles serán los mecanismos a seguir para evitar
la contaminación del aire y suelo causados por el confinamiento
de los desperdicios generados en la capital, ni precisa las distintas
formas de deterioro ambiental que pueden provocar los desechos sólidos.
La Legislación, aprobada en marzo de este año, considera
también multas de entre 430 y 6 mil 500 pesos para quienes tiren
basura en la calle, y la obligación de los establecimientos mercantiles
de firmar convenios con las delegaciones para la recolección
de sus desperdicios.
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