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Boletín de prensa 001 - 05 / junio / 2002   Foto: Arturo Olmedo
  • En el marco de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, el titular de la PAOT-DF, Enrique Provencio, presentó en Conapo la ponencia Desarrollo Sustentable y Población.

En el marco de los festejos del Día Mundial del Medio Ambiente, el Consejo Nacional de Población (Conapo) organizó la presentación de una conferencia magistral titulada Desarrollo Sustentable y Derechos Ambientales de la Población, dictada por el Procurador Ambiental y del Ordenamiento Territorial capitalino, Enrique Provencio. Acompañaron al funcionario la Lic. Elena Zúñiga, Secretaria Encargada del Conapo, y el Maestro Octavio Mojarro, Director de Consejos Estatales de Población del Conapo.

En su ponencia, Enrique Provencio formuló una valoración de conjunto sobre los temas de sustentabilidad, población y derechos ambientales, que habrán de ocupar la atención de expertos de todo el mundo en la próxima Cumbre sobre Desarrollo Sustentable, en agosto de 2002, en Johannesburgo, Sudáfrica. Provencio dijo que, desde 1992 a la fecha, la realidad ha rebasado en mucho al contexto original en el que se formularon los planteamientos de llamado desarrollo sustentable y con los que han venido trabajando no sólo la Comisión de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas o el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), sino también las diferentes autoridades nacionales que están incorporadas en los acuerdos regionales. Comentó que, en 1991, cuando en el contexto internacional se abría el llamado "bono de la paz", se vislumbraba la oportunidad de canalizar grandes recursos al desarrollo en el mundo; sin embargo, este proceso no se cumplió, sino por el contrario se vio avasallado por la reconfiguración global de la economía mundial y desplazó el tema de la sustentabilidad del desarrollo a un plano secundario. En consecuencia, hoy se está llegando a la cumbre de Johannesburgo con un planteamiento de sustentabilidad que se encuentra más bien a la defensiva y que, desafortunadamente, sólo trata de adaptarse a los que hoy son los criterios dominantes del desarrollo global.

A los conceptos de desarrollo humano y de sustentabilidad que predominaban en los principios de los noventa, se sumaron poco después el factor institucional y el capital social como componentes del desarrollo global. Según Provencio, hoy se puede decir que estos son los cuatro ejes sobre los que se está reconfigurando en el mundo la idea de desarrollo. Ello ha obligado al ambientalismo en todo el planeta a poner más atención en elementos clave del desarrollo, componentes fundamentales que con anterioridad no se vislumbraban con claridad. A lo largo de esta década se han generado cambios de primera importancia que no hay que menospreciar; vale la pena, aseguró Provencio, detenerse a evaluar la magnitud de sus implicaciones en el desarrollo global, pues no se pueden ignorar las transformaciones y el conjunto de innovaciones que hemos presenciado y que, eventualmente, darán resultados positivos. Ya existe una nueva generación de acuerdos globales y regionales, convenciones, tratados y protocolos mundiales, que están dejando de ser simple discurso o retórica y que están sentando las bases para una gobernabilidad ambiental global. Sin embargo, los cambios institucionales multilaterales son aún muy lentos y sumamente dispersos.

Como avances nacionales más comunes, no sólo en México sino también en otros países, Enrique Provencio destacó el nacimiento de una nueva generación de instituciones públicas, de mejores marcos legales y regulatorios, esquemas más eficientes de control y cumplimiento de las normas, así como un cambio sustancial en el manejo de los sistemas de información. En el aspecto social, ha habido también una renovación muy importante de la visión sobre la relación entre derechos, población y ambiente. Los sectores productivos y empresariales han incorporado, también, criterios ambientales en su operación cotidiana, y el derecho a la información y la educación ambiental han sido incorporados como tareas institucionales prioritarias.

En términos de los procesos ambientales reales, la última década ha presenciado pocos cambios positivos -aseguró el Procurador ambiental capitalino. Si bien es verdad que en ciertos casos la presión sobre el medio ambiente se está revirtiendo, por otra parte es visible que eso no está sucediendo con el estado real del deterioro ambiental. Por el contrario, las fuerzas motrices básicas del desarrollo (como lo son los usos de energía, los procesos de uso intensivo de recursos, los cambios de uso de suelo, biodiversidad y cambio climático) le continuarán presionando al largo plazo. Estamos llegando a un punto en el que se agrava el aporte regional a los problemas ambientales globales.

La evaluación de la tendencia del desarrollo hacia la equidad a lo largo de estos diez años, da resultados verdaderamente frustrantes. En regiones como Europa oriental, América Latina, Asía del Este e incluso en naciones industrializadas, se observa una creciente tendencia hacia la desigualdad económica global, la desigualdad interna y la desigualdad entre países. La reducción de la pobreza en el mundo, en términos absolutos, es algo que no se está viendo, comentó Provencio. Sin embargo, aseguró que algunas tendencias negativas del desarrollo comienzan a revertirse favorablemente en el ambiente, y como ejemplo de ello habló de la producción mundial de cloroflurocarbonos (CFC). La alarma mundial desatada en la década de los ochenta por el descubrimiento de los efectos destructivos de los CFC sobre la capa de ozono, vino acompañada de una convención internacional que generó un proceso de organización institucional en el mundo que contó con apoyos económicos, financiamiento y recursos tecnológicos. En consecuencia, hoy es visible una caída histórica sostenida de la producción de CFC -desde finales de los ochenta y durante toda la década de los noventa-, y se prevé la virtual desaparición de los CFC en el año 2010. En términos del estado real del medio ambiente, los beneficios serán palpables hasta el año 2040. Este es el mejor ejemplo de que cierta sinergia entre los elementos determinantes de un proceso, sí funciona.

El ejemplo contrario, subrayó Provencio, es el del cambio climático y del Protocolo de Kioto, en donde el proceso institucional es muy diferente al del CFC: la adopción de acuerdos ha sido muy lenta, aún no se reúnen las firmas para considerarle un protocolo vigente y además no se cuenta con el apoyo de Estados Unidos.

En materia de sustentabilidad y población, Enrique Provencio destacó el hecho de que hasta hace poco el énfasis de la discusión estaba puesto en elementos poco susceptibles a ser traducidos en políticas públicas. Si en 1972 se consideraba que el crecimiento de la población y la pobreza afectaban al ambiente, veinte años después la discusión giró en torno a la relación entre la calidad y patrones de consumo y sus efectos sobre el medio ambiente. Hoy, el énfasis se ha desplazado del patrón de consumo en sí a los factores que para la calidad de vida representa el deterioro ambiental; sobre todo, se ha introducido el tema de la vulnerabilidad, riesgo y seguridad, y de la relación población - ambiente.

Con relación a los vínculos entre población y ambiente, Provencio indicó que hoy se está poniendo más atención sobre los factores de distribución y de composición poblacional, que exclusivamente sobre los de tamaño y crecimiento. La perspectiva más importante de este enfoque radica en la relación entre pobreza y medio ambiente; sin embargo, no se ha logrado desarrollar modelos de políticas contra la pobreza que incorporen todos los elementos que la determinan. Así, la tendencia es hoy hacia la integración de políticas.

Finalmente, Enrique Provencio se preguntó cuáles son las perspectivas a futuro a partir de esta evaluación, y opinó que después de un proceso -en los noventas-en el que la globalización le ganó el camino a los acuerdos y donde la discusión se desvió hacia cómo la operación de los mercados y los instrumentos económicos iban a apuntalar los procesos de sustentabilidad, ahora es muy probable que la revisión sobre las negociaciones tienda a apuntalar procesos que atenúen la cruda hegemonía de los procesos de globalización sobre procesos sociales y de sustentabilidad. Así, los temas críticos para los siguientes años serán sobre cómo integrar políticas, cómo lograr sinergia entre convenciones y sobre los medios de ejecución, pues se ha visto además que las principales convenciones de nueva generación no están confluyendo en objetivos comunes. En conclusión, el tema crítico no está en Johannesburgo ni en las convenciones ambientales; está en las discusiones comerciales y en las financieras.